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La almáciga (Pistacia lentiscus) es una resina originaria de la región mediterránea que se obtiene del lentisco. La almáciga, también conocida como lágrimas de Quíos, tradicionalmente es producida en gotitas en la Isla de Quíos, Grecia.
Históricamente ha sido usada para refrescar el aliento y, debido a su sabor a pino, también ha sido usada como saborizante. El nombre proviene de la palabra griega "mastichein", que significa rechinar los dientes. Hipócrates fue el primero en documentar el uso de la almáciga para tratar los problemas digestivos, los resfriados y, por supuesto, para refrescar el aliento.
La almáciga podría ofrecer muchas propiedades sanadoras. Puede ser tomada en forma de cápsula, tinte, polvo, aceite, o masticada como una goma.
Aquí se presentan algunos beneficios para la salud de la almáciga.
Un estudio descubrió que aquellas personas que tomaron 5g de almáciga en polvo durante 18 meses tuvieron una menor cantidad de enzimas hepáticas que aquellas que no tomaron la almáciga. Por lo tanto, los investigadores concluyeron que la almáciga Quíos podría tener propiedades que protegen el hígado.
Aquellas personas que tomaron 5 g de almáciga por día vieron una reducción en los niveles de colesterol sérico, lipoproteína de baja densidad (LDL), o colesterol malo, y en la proporción de colesterol total a lipoproteína de alta densidad (HDL). Los menores niveles de colesterol están asociados con una mejor salud del corazón y de los vasos sanguíneos.
Los niveles altos de colesterol LDL representan un factor de riesgo crítico para cardiopatías y derrames cerebrales. La almáciga, gracias a sus propiedades para reducir el colesterol, podría ser una buena alternativa para aquellas personas que quieren mejorar su salud cardiovascular.
La enfermedad de Chron, una forma común del síndrome de colon irritable (SCI), causa inflamación en el tracto digestivo, lo que produce dolor, diarrea severa, pérdida de peso, anemia y fatiga. Los pacientes con Chron también corren un mayor riesgo de desarrollar cáncer colorrectal.
Un estudio descubrió que los participantes que tomaron almáciga durante cuatro semanas mostraron una reducción significativa en la severidad de sus síntomas inflamatorios relacionados con la enfermedad de Chron. Los investigadores también notaron menores niveles de los marcadores inflamatorios IL-6 y la proteína C reactiva.
Un estudio descubrió que las personas que tomaron almáciga presentaron menores niveles de azúcar en sangre que aquellas que tomaron el placebo luego de solo ocho semanas. Los niveles más altos de azúcar en sangre pueden producir diabetes y resistencia a la insulina. Los estudios en modelos animales con diabetes también han mostrado que la almáciga tiene un efecto reductor de la glucosa sérica.
Una interesante observación en los estudios realizados en humanos descubrió que la almáciga producía el beneficio más significativo en los participantes que eran obesos o tenían sobrepeso, con un índice de masa corporal superior a 25 kg/m2.
Se ha reportado que el dolor y malestar abdominal mejoran con la almáciga.
La bacteria Helicobacter pylori, una causa común de las úlceras estomacales, podría ser eliminada por la almáciga. Un estudio descubrió que 19 de 52 participantes se libraron de la H. pylori luego de dos semanas de masticar almáciga. Dado que la H. pylori se está volviendo resistente a los antibióticos, la almáciga podría ser una buena alternativa o complementar una terapia natural.
La almáciga también ha mostrado que elimina al menos seis otras bacterias que se sabe que causan úlceras digestivas.
La Streptococcus mutans es un tipo de bacteria que puede incrementar el riesgo de desarrollar caries en los dientes. Un pequeño estudio hizo que participantes masticaran almáciga tres veces al día durante tres semanas. Los investigadores observaron que los pacientes tuvieron menores niveles de Streptococcus mutans al final del estudio.
El pH ácido o bajo de la saliva también es un factor de riesgo para la formación de caries. Los participantes que masticaron almáciga pura vieron un incremento en el pH salival, pero no un incremento considerable. Aun así, un pH elevado en la saliva es un buen resultado al considerar la prevención de las caries.
Los pacientes con asma alérgica tienen hipersensibilidad de las vías respiratorias con inflamación y eosinofilia, o un flujo anormal de glóbulos blancos llamado eosinófilos visto en las reacciones alérgicas.
En un estudio, la almáciga mostró que inhibía considerablemente la eosinofilia. También redujo la hipersensibilidad de las vías respiratorias a la vez que inhibía la producción de los marcadores inflamatorios. Estos resultados muestran que la almáciga podría inhibir a las células que causan la inflamación de las vías respiratorias debido a la hiperactividad cuando un alérgeno está presente.
Para aquellas personas con asma alérgica, la almáciga debería ser una consideración prioritaria para el control y la prevención de síntomas.
La acidez, o reflujo ácido, es un problema común para muchas personas en todo el mundo. La acidez no controlada puede dar lugar a cáncer de esófago si no es tratada.
Un estudio evaluó a 148 pacientes con dispepsia funcional. A estos se les administró 350 mg de almáciga tres veces al día durante tres semanas. Los síntomas mejoraron considerablemente para aquellos que tomaron la almáciga en comparación con aquellos a los que se les administró el placebo.
La acidez, el dolor sordo en el abdomen superior, el dolor estomacal general y el dolor estomacal al estar ansioso mejoraron en el grupo que recibió la almáciga.
No se han observado efectos secundarios significativos con el uso de almáciga. Algunos usuarios han reportado estreñimiento, diarrea, náuseas, dolores de cabeza y mareos; sin embargo, la almáciga por lo general es bien tolerada.
Dado que los suplementos no son regulados por la FDA, asegúrese de comprar almáciga de una fuente en la que confíe.
No tome almáciga si está embarazada o dando de lactar.
La almáciga tiene una plétora de potenciales beneficios para la salud en múltiples sistemas fisiológicos. La almáciga puede usarse para tratar diversos problemas de salud, desde las úlceras y el asma hasta refuerzo para la digestión y reducción del colesterol.
La almáciga, que por lo general es bien tolerada, parece ser segura sin efectos secundarios serios ni interacciones farmacológicas conocidas hasta la fecha. Siempre consulte con su médico antes de comenzar una nueva rutina de suplementos.
Referencias:
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