10 puntos acerca de la salud de la tiroides
¿Qué es la glándula tiroides??
La tiroides es una pequeña glándula con forma de mariposa que se ubica en la parte frontal de su cuello. Está a cargo de regular el metabolismo y contiene hormonas que afectan a cada célula en el cuerpo.
¿Cuáles son los síntomas comunes de la disfunción tiroidea?
Los síntomas de la disfunción tiroidea son comunes y a menudo no son específicos, por lo que es importante que se realice un análisis de sangre para ver si sus síntomas son causados por la disfunción tiroidea.
Algunos de los males más comunes que sufren los pacientes de disfunción tiroidea incluyen:
- Pérdida del cabello
- Dificultades para pensar
- Debilidad muscular
- Fatiga
- Problemas digestivos
- Irregularidad en la menstruación
- Infertilidad
- Intolerancia al frío
- Palpitaciones cardíacas
- Cambios involuntarios en el peso
Los trastornos tiroideos afectan de forma desproporcionada a las mujeres, pero pueden aparecer en cualquier género y a cualquier edad. Los niños deben recibir tratamiento si padecen de un trastorno tiroideo, ya que el buen funcionamiento de la tiroides es esencial para un adecuado crecimiento y desarrollo.
¿Cuál es la diferencia entre hipotiroidismo e hipertiroidismo?
Los problemas relacionados al hipotiroidismo (cuando la tiroides funciona demasiado lento) son más comunes que aquellos relacionados al hipertiroidismo (cuando la tiroides funciona demasiado rápido).
El tipo más común de hipotiroidismo es la tiroiditis de Hashimoto. La enfermedad de Graves es el tipo más común de hipertiroidismo y puede ser peligrosa. Estas dos son enfermedades autoinmunes y las pruebas de laboratorio que sirven para detectarlas buscan el anticuerpo peroxidasa tiroidea (anti-POT) y el anticuerpo antitiroglobulina.
¿Cuáles son las 3 hormonas tiroideas?
Los hormonas tiroideas más relevantes son la tirotropina (TSH), la triyodotironina (T3) y la tiroxina (T4). La TSH llega desde el cerebro para estimular la tiroides y así producir T4, la cual es convertida en T3 en la sangre. La T3 es la hormona tiroidea más útil y activa. El tratamiento más frecuente y convencional para el trastorno tiroideo es el reemplazo de la hormona tiroidea.
10 causas subyacentes de la enfermedad y la disfunción tiroidea
I. Deficiencia de yodo y bocio
Históricamente, la deficiencia de yodo con frecuencia provocaba una hinchazón de la tiroides, llamada bocio. Este es el motivo por el que a menudo se agrega yodo a la sal, y dado que la sal yodada se volvió común en la década de 1920, la incidencia del bocio ha disminuido.
Sin embargo, algunas investigaciones han descubierto que la deficiencia subclínica de yodo, o insuficiencia, aún es común en muchas partes del mundo. Un estudio del año 2017 realizado en 378 mujeres embarazadas en Etiopía descubrió que dos tercios de ellas presentaban insuficiencia de yodo. El hipotiroidismo o la deficiencia de yodo no tratados durante el embarazo podrían ocasionar graves consecuencias en los bebés, como discapacidad intelectual y problemas de crecimiento.
Un estudio del año 2018 realizado en Nepal evaluó los niveles de yodo en los participantes con una tiroides normal, con hipotiroidismo subclínico y evidente hipertiroidismo. Este descubrió que los niveles excesivos de yodo estaban relacionados con el hipotiroidismo, y que la mayoría de los pacientes con una tiroides normal tenían una ingesta de yodo adecuada.
Por favor, consulte con su proveedor sanitario para saber cuál es la dosis apropiada de yodo. Existe mucha evidencia contradictoria respecto a las cantidades adecuadas, y las dosis grandes pueden causar daños significativos y una amplia variedad de síntomas.
2. Intolerancia a los alimentos y enfermedad tiroidea autoinmune
En los estudios a menudo se ha demostrado que los problemas intestinales pueden ser la causa de la enfermedad tiroidea autoinmune.
La sensibilidad no celíaca al gluten puede ser la causa principal en los pacientes que hayan dado negativo para enfermedad celíaca. Otras intolerancias a los alimentos deben ser evaluadas de forma individual. Visite a un nutricionista o a otro proveedor sanitario para que le ayude a establecer una dieta de eliminación que permita descubrir posibles intolerancias a los alimentos.
Las intolerancias a los alimentos causan trastornos en la capacidad de digerir y absorber de forma adecuada la comida, lo que podría conllevar a muchas de las deficiencias descritas a continuación.
3. Bajo nivel de ácido gástrico y enfermedad tiroidea
El ácido en el estómago es muy importante para la descomposición adecuada de los alimentos y la absorción de nutrientes. La hipoclorhidria o aclorhidria (tener poco o nada de ácido gástrico) puede causar deficiencia de nutrientes, lo que contribuye o exacerba la enfermedad tiroidea.
Charle con su proveedor sanitario acerca del diagnóstico y tratamiento adecuados para el bajo o inexistente ácido gástrico.
4. El zinc y la función tiroidea
Los pacientes que presentan deficiencia de zinc son más propensos a tener una función tiroidea anormal. La tiroides afecta la normal excreción y absorción de zinc. Una serie de estudios han descubierto que el zinc podría ayudar a convertir la T4 a T3, haciendo que el cuerpo use los depósitos limitados de zinc más rápido.
5. La deficiencia de selenio y las hormonas tiroideas
El selenio es un importante oligoelemento con propiedades antioxidantes que podría ayudar a convertir el T4 a T3.
Un estudio alemán realizado en participantes con enfermedad tiroidea autoinmune descubrió que el consumo de 200 microgramos de selenio produjo una reducción significativa en los niveles del anticuerpo anti-POT y mejoró las imágenes de ultrasonido. Luego de 6 meses, un grupo del estudio continuó tomando selenio y siguió mostrando mejoras. El grupo que dejó de usar selenio empeoró nuevamente. Se han observado resultados similares en estudios replicados.
En el año 2003, los pacientes con hipertiroidismo sometidos a un tratamiento convencional con fármacos fueron evaluados luego de que se agregara un suplemento de selenio a su medicación. Este estudio descubrió que el tratamiento con fármacos podría ser más eficaz si se agrega el antioxidante selenio.
Un estudio del año 2007 realizado en mujeres embarazadas con anticuerpos POT positivos que comenzaron a suplementarse con selenio a las 12 semanas de gestación y que continuaron hasta por 12 meses luego del parto, descubrió que la suplementación redujo significativamente la incidencia de la disfunción tiroidea posparto y del hipotiroidismo permanente.
Demasiado de algo bueno es posible. Al igual que con el yodo, el exceso de selenio podría causar más problemas, incluyendo pérdida del cabello, depresión y problemas neurológicos. Consulte con su doctor para conocer la dosis adecuada.
6. La enfermedad de Graves y el hipertiroidismo
Se ha descubierto que la enfermedad de Graves está vinculada a una multitud de deficiencias, de acuerdo con uno de los libros de terapia nutricional más completos, Nutritional Medicine del Dr. Alan Gaby.
Entre estas están el magnesio, potasio, L-carnitina, vitaminas B —especialmente la B12 y B6,la colina, vitamina A, vitamina D, coenzima q10, ácidos grasos esenciales, y vitamina C. Esto es porque el hipertiroidismo causa un incremento en el metabolismo, lo que a su vez hace que el uso de estos nutrientes por parte del organismo se incremente. Gaby recomienda un multivitamínico para estos pacientes, pero, por favor, charle acerca de las pruebas y el tratamiento para las deficiencias nutricionales con su proveedor sanitario.
7. Enfermedad celíaca y tiroiditis autoinmune
De acuerdo con un estudio, 1 de cada 62 pacientes con enfermedad tiroidea autoinmune también tiene enfermedad celíaca confirmada por biopsia. Esto se compara a la prevalencia mundial de la enfermedad celíaca que es de alrededor del 1 %, aunque la prevalencia es superior en las poblaciones caucásicas.
Un análisis del año 2018 descubrió que la tiroiditis autoinmune es tres veces más común en los pacientes que también sufren de enfermedad celíaca.
Se ha demostrado en estudios que una dieta estricta libre de gluten seguida por aquellos que sufren de enfermedad celíaca revierte completamente los anticuerpos tiroideos autoinmunes con el tiempo. Si a usted se le ha diagnosticado tiroiditis autoinmune, consulte con su doctor acerca de las pruebas para detectar la enfermedad celíaca.
8. Infección por toxoplasmosis y tiroiditis autoinmune
La toxoplasmosis, o T. gondii, es una de las infecciones zoonóticas más comunes en el mundo. Puede ser muy leve y pasar desapercibida en las personas saludables o muy grave en aquellos que están inmunocomprometidos. La infección con toxoplasmosis ocurre principalmente a través de la ingesta de carne medio cruda. Esto incrementa el riesgo de desarrollar tiroiditis autoinmune.
Un estudio del año 2014 realizado en mujeres embarazadas en República Checa descubrió una correlación entre la infección por toxoplasmosis latente y una menor TSH, mayor T4 y un mayor riesgo de presentar anticuerpos tiroideos.
9. Infecciones micóticas y la disfunción tiroidea
Las infecciones micóticas recurrentes en la vagina, boca o intestino causadas por la cándida deberían ser resueltas con prontitud ya que son una potencial causa de disfunción tiroidea. De acuerdo con el Dr. Alan Gaby, la producción de antígenos de la Candida albicans crea anticuerpos que tienen reacciones cruzadas con la glándula tiroides en las personas sensibles.
10. El estrés oxidativo y la disfunción tiroidea
Un documento del año 2016 analizó el estrés oxidativo, la inflamación y su relación con la disfunción tiroidea. La obesidad y las cardiopatías son afecciones comunes que a menudo están vinculadas de forma natural con la enfermedad tiroidea, y ambas están estrechamente relacionadas con el estrés oxidativo y la inflamación.
Como se señaló anteriormente, el selenio es un antioxidante que según los estudios podría beneficiar a aquellos que sufren de enfermedad tiroidea. Una de las mejores formas de combatir la inflamación y el estrés oxidativo es consumir una dieta variada con muchos alimentos frescos, integrales y sin procesar. Los alimentos frescos son bastante más ricos en antioxidantes que las comidas procesadas y empacadas, que a menudo tienen menor valor nutricional.
Los trastornos tiroideos son complejos y el tratamiento debería incluir una evaluación integral del historial del paciente. A menudo, un problema conduce a otro, pues las intolerancias a los alimentos, el bajo nivel de ácido gástrico y los trastornos intestinales contribuyen a las deficiencias nutricionales que exacerban estas afecciones. Por favor, consulte con un proveedor sanitario licenciado y cualificado como un médico naturópata o un especialista en medicina funcional para obtener un plan de tratamiento individualizado que tenga en cuenta todas sus circunstancias únicas.
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